lunes, 13 de noviembre de 2006

La profundidad de Cristina G. Rodero


Contradice Cristina García Rodero a los que afirman que “la principal función de la memoria es el olvido”. Hace muchos años que ví en la revista Foto España una foto suya y jamás la he olvidado, permanece ahí fija, los ojos de aquella niña que miraban la calle desierta, rodeada de soledad bajo un cielo amenazante, rodeada de sombras y malos presagios, pero la niña no estaba allí, era ajena en su mirada inocente a aquel escenario, como lo son los niños que viajan solemnes en un ataúd de ofrenda en Santa Marta de Ribarteme: la procesión va por fuera. Es la cigueña la que elige tu destino.
Siempre me ha parecido un lenguaje conmovedor, durísimo, crudo, de una soledad inabarcable, de una olorosa soledad de ciprés escoltando el cementerio.Pero no.Qué fácil trazar el escenario, guiarse por el contexto, para literaturizar una imagen sólo se necesita cierta capacidad verbal; García Rodero no necesita un manual de instrucciones,sus imágenes son mucho más poderosas que las palabras que suscitan y esa es la verdadera fortaleza de la imagen; que no necesita subsidiarios. Me fascina esa mirada de la España profunda tanto como la serie del Haití ritual y tan profundo como esos pueblos polvorientos y resecos de la Mancha, lo que ella atrapa adquiere profundidad, no importa la geografía. Obras que no reniegan de la realidad, por más cruda que parezca, y ese es su principal valor, la valentía de mirar al mundo, atávico o no,de vivos o de muertos, de abandono o reencuentro con esa mirada benevolente y dulce que jamás juzga.

No hay comentarios: